Seguramente, y dados los acontecimientos de los últimos meses, habrás oído hablar del denominado vehículo con conductor. Es posible que no tengas clara la definición de este concepto, ni las diferencias que existen entre este forma de transporte y un taxi convencional. Pero… ¡no te preocupes! Te traemos toda la información necesaria para discernir entre uno y otro.
Una de las diferencias más primarias es la interacción que se establece con el usuario. En el caso del taxi, es el taxista el que se encuentra en movimiento intentando captar clientes. Sin embargo, en el caso del vehículo de turismo con conductor, es el cliente el que demanda el servicio. De este modo, este último tiene que concretar el punto de salida y de llegada antes de iniciar el trayecto.
Vehículo con conductor: más comodidades, más personalizado
Siguiendo con el tema del coste, los vehículos con conductor suponen una opción mucho más económica para el bolsillo del usuario, pues de media supone un ahorro de más de 5 euros por trayecto, sobre todo en viajes que incluyan puntos neurálgicos como son estaciones, aeropuertos o monumentos. En cambio, el coste del taxi está regulado con un precio por kilometraje fijo, así como suplementos por bultos, lugares de interés u horario. Así, antes de iniciar una ruta en VTC, ya se sabrá el precio final.
Otra diferencia a tener en cuenta es el tipo de vehículo empleado. En el caso de los taxis, estos tienden a ser más humildes y a estar peor conservados, mientras que los VTC cuentan, por lo general, con turismos de alta gama de reciente incorporación y con múltiples extras: servicio de maletas, agua, aperitivo…
En definitiva, un vehículo con conductor y un taxi difieren en diversos aspectos y esto es importante a la hora de contratar uno u otro servicio.